Nicolas Sarkozy, al entrar en prisión: “No es un expresidente de la República quien está encarcelado, sino un hombre inocente”

El primer ex jefe de Estado francés que entra en la cárcel inicia su condena a cinco años por asociación ilícita por financiación con dinero libio. Su abogado dice que estará entre rejas un mínimo de tres semanas o un mes.
El expresidente francés Nicolas Sarkozy se ha convertido este martes en el primer ex jefe de Estado en atravesar el portón de un centro penitenciario para cumplir condena entre rejas.
Ha ingresado en la prisión de la Santé, situada en París, para cumplir la pena de cinco años de prisión impuesta el 25 de septiembre por asociación ilícita en el caso de financiación ilegal de su campaña presidencial en 2007 por parte del régimen libio de Muamar el Gadafi. “Quiero decirles [a los franceses], con la fuerza inquebrantable que tengo, que no es un expresidente de la República quien está encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente”, ha manifestado Sarkozy en una nota publicada en su perfil de X antes de entrar en prisión.
El reo aspira aspira a salir lo antes posible de prisión. Su abogado, Christophe Ingrain, ha informado de que ha solicitado la libertad condicional. “Estará allí un mínimo de tres semanas o un mes”, ha manifestado Ingrain a medios franceses.
Sarkozy, de 70 años, estaba convocado a las diez de la mañana, pero ha llegado con 15 minutos de antelación. Acompañado de su mujer, la cantante Carla Bruni, el expresidente francés ha accedido al centro penitenciario en coche y no a pie como el resto de presos. En la prisión de la Santé hay 754 detenidos, por encima de su capacidad, pero no se cruzará con ellos, pues será trasladado directamente a una zona de aislamiento para que no esté en contacto con los otros presos. Estaba previsto que le recibiera el director del centro penitenciario.
“Siento un profundo dolor por Francia, que se siente humillada por la expresión de una venganza que ha llevado el odio a un nivel sin precedentes”, ha escrito Sarkozy. “Seguiré denunciando este escándalo judicial”, concluye. Su abogado ha adelantado que el expresidente dedicará el tiempo en prisión a escribir sobre su experiencia.
A Sarkozy, procedente de una familia de clase media, siempre le gustó el brillo y el lujo. Nacido en 1955, hijo de un inmigrante húngaro y una francesa de origen sefardí, no pasó por las escuelas de la élite ni perteneció a sus círculos. Pese a todo, su carrera política fue fulgurante al ser nombrado ministro con solo 38 años. El político que ha caído ahora en desgracia siempre ha atribuido sus condenas a una venganza que tendría su origen cuando el presidente criticó a los magistrados y propuso una reforma que les desagradaba.
A pesar del protocolo para hacer la llegada lo más discreta posible, su entrada ha estado muy mediatizada. Facilitó la pista uno de sus propios hijos, Louis Sarkozy, que convocó en redes sociales a las 8.30 a todos aquellos que quisieran despedir y mostrar apoyo a su padre. Desveló incluso la dirección. Decenas de personas acudieron en la mañana de este martes al exterior de su domicilio para ser testigos de cómo el condenado iniciaba su camino a pie hasta el coche que le conduciría a la Santé. Sarkozy saludó y agradeció el apoyo. Hasta el penal le ha seguido un cortejo de motos con cámara.
Tras ser condenado el pasado 25 de septiembre, Nicolas Sarkozy, denunció un golpe del Estado de derecho. Defiende que es inocente. Ha recibido el apoyo de parte de la clase política. El presidente francés, Emmanuel Macron, le recibió el pasado viernes en el Palacio del Elíseo.
Un día después del insolito atraco al Museo del Louvre, Macron se justificó señalando que era “normal que en el plano personal y humano” recibir a uno de sus predecesores. “Siempre he manifestado mi posición con respecto a la independencia de la justicia”, añadió el jefe de Estado tras ser preguntado sobre el tema durante un viaje a Eslovenia.