Tensión en aumento entre EE.UU. y Venezuela
Santo Domingo.- Las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela entran en una nueva fase de alta sensibilidad geopolítica, marcada por bloqueos marítimos selectivos, movimientos militares en el Caribe y una ofensiva política y económica de Washington centrada en el petróleo venezolano. El pulso entre ambas naciones mantiene en alerta a la región, que espera ver como se desenvolverá la situación.
En el plano marítimo, flotillas de buques petroleros vinculados a sanciones estadounidenses permanecen detenidas o han modificado sus rutas, ante la advertencia de Washington de impedir cualquier exportación que, según la Casa Blanca, financie al gobierno de Nicolás Maduro. La presencia de activos navales estadounidenses en el Caribe ha elevado el riesgo de incidentes en alta mar, mientras Caracas denuncia un “bloqueo de facto” y acusa a EE.UU. de violar la libre navegación y el derecho internacional.
La escalada también se refleja en el aire. Múltiples aerolíneas que hace poco tiempo mantenían viajes hacia el destino suramericano ya no lo hacen y aviones militares y de vigilancia estadounidense operan desde Puerto Rico y otros puntos estratégicos del Caribe, a la espera de cualquier novedad que requiera respuesta inmediata. En este contexto, el Aeropuerto Internacional Las Américas (AILA) ha recibido un crecimiento en la actividad aérea vinculada a operaciones de apoyo de los Estados Unidos, para monitoreo y logística regional, lo que coloca al país en una posición de implicación parcial dentro del conflicto, aunque sin participación directa en acciones ofensivas.
Escalada militar y “Operación Southern Spear”
La actual crisis —identificada como parte de la llamada Operación Southern Spear — integra una campaña militar y de inteligencia de EE.UU. en el Caribe y el Pacífico oriental, con ataques a embarcaciones que Washington califica de “narcolanchas” o supuestas embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Desde septiembre de 2025, la Marina y fuerzas del Comando Sur han llevado a cabo numerosas acciones, entre ataques y embestidas contra estas lanchas, que según informes estadounidenses habrían transportado drogas desde Venezuela hacia el Caribe y la costa atlántica de EE.UU.
Estos ataques han provocado decenas de víctimas, y han sido blancos de críticas internacionales por presuntas violaciones de derecho internacional y falta de transparencia en la identificación de los objetivos.
Ataques a «narcolanchas» y endurecimiento de los discursos de Trump
Paralelamente, continúan los ataques contra las denominadas “narcolanchas”, pequeñas embarcaciones que Washington vincula al tráfico de drogas desde territorio venezolano. Estas operaciones, ejecutadas por fuerzas estadounidenses en aguas del Caribe y el Pacífico oriental, forman parte de una campaña más amplia contra el narcotráfico, pero han sido duramente criticadas por Caracas, que las interpreta como un pretexto para aumentar la presión militar y justificar una mayor presencia estadounidense en la región.
En el plano político y económico, Donald Trump ha endurecido su discurso contra Venezuela, insistiendo en que el país sudamericano ha “robado” activos y recursos energéticos a empresas estadounidenses. El mandatario ha reiterado sus demandas para obtener compensaciones y acceso al petróleo venezolano, dejando claro que la presión no es solo ideológica o de seguridad, sino también estratégica y económica, en un momento en que la energía vuelve a ocupar un lugar central en la agenda global.