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Espaillat admite que plafones se cambiaban seguido por humedad; pensó era el aire acondicionado

Por RTN Digital
- 4 min de lectura
Tras más de 30 años de funcionamiento en su sede ubicada en la avenida Independencia, la discoteca Jet Set enfrenta una de las etapas más difíciles de su historia, tanto para sus directivos como para la sociedad dominicana.
  • En una entrevista, Espaillat, aseguró que la estructura del Jet Set nunca había sido sometida a un análisis estructural, por parte del sector privado ni por el Estado

Santo Domingo.- Tras más de 30 años de funcionamiento en su sede ubicada en la avenida Independencia, la discoteca Jet Set enfrenta una de las etapas más difíciles de su historia, tanto para sus directivos como para la sociedad dominicana.

Antonio Espaillat, empresario y propietario del reconocido establecimiento, reveló que desde su construcción, la infraestructura del local nunca fue sometida a una evaluación estructural, ni por parte suya ni por iniciativa del Estado dominicano.

En una edición exclusiva del programa matutino El Día, transmitido por Telesistema canal 11, la periodista Edith Febles entrevistó a Espaillat.

Estas declaraciones marcan la primera vez que Espaillat se pronuncia públicamente tras el trágico colapso del techo del lugar, un hecho que dejó un saldo de 232 personas fallecidas.

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Un techo «cubierto por plafones»

Desde su apertura, la discoteca Jet Set operó bajo un techo cubierto con plafones de yeso, un material que, según explicó el empresario Espaillat, solía deteriorarse con frecuencia debido a la humedad. «Siempre se nos caían los plafones», relató.

El origen más habitual del problema, indicó, era la acumulación de agua provocada por la condensación y los drenajes tapados de los sistemas de aire acondicionado. «Los plafones de yeso absorben toda el agua, el yeso se pone pesado y cae», detalló.

Aunque el inconveniente persistió durante más de 30 años, nunca fue considerado un riesgo estructural grave, sino una consecuencia menor del sistema de climatización. De hecho, el día del colapso se habían reemplazado algunos plafones, una tarea rutinaria según Espaillat. “Era algo que hacían los mismos empleados, no lo veíamos como algo fuera de lo normal”, añadió.

Respecto a la infraestructura del edificio, durante las tres décadas de funcionamiento no se llevaron a cabo inspecciones técnicas exhaustivas. No obstante, el techo fue sometido a trabajos de impermeabilización periódicamente, el último de ellos apenas un mes antes del incidente.

«En cuanto a filtración, nosotros siempre teníamos el techo impermeabilizado. Entonces entendíamos siempre que era un tema de aire», explicó.

Un techo «cubierto por plafones»

Desde su apertura, la discoteca Jet Set operó bajo un techo con plafones de yeso, un material que presentaba constantes fallas debido a la humedad, según explicó el empresario Antonio Espaillat. «Siempre se nos caían los plafones», comentó, atribuyendo la causa principal a la condensación y a los sistemas de aire acondicionado con drenajes obstruidos.

El yeso, al absorber la humedad, aumentaba de peso y eventualmente cedía, provocando la caída de los plafones. A pesar de tratarse de un problema recurrente a lo largo de 30 años, nunca se consideró una señal de riesgo estructural, sino una consecuencia directa del funcionamiento de los aires acondicionados.

Espaillat detalló que el mismo día del colapso se reemplazaron algunos plafones, una práctica habitual que realizaban los propios empleados. «Siempre se cambiaban. Era algo rutinario, nunca pensamos que se tratara de algo más serio», afirmó.

En cuanto a la estructura del edificio, no se llevaron a cabo inspecciones técnicas exhaustivas durante los años de operación. No obstante, el techo sí recibió trabajos de impermeabilización de forma periódica, el último de ellos realizado apenas un mes antes del incidente.

En cuanto a filtración, nosotros siempre teníamos el techo impermeabilizado. Entonces entendíamos siempre que era un tema de aire», explicó. 

En cuanto a las inspecciones, mencionó que nunca se realizó una evaluación estructural formal, ni por parte del Estado ni por profesionales externos, más allá de los requerimientos habituales de bomberos y ayuntamientos sobre aspectos menores, como basura o ruido. 

El peso sobre el techo

Espaillat indicó que la discoteca operaba con seis unidades de aire acondicionado, instaladas en el techo dentro de casetas de aluzinc que fueron recomendadas por técnicos para proteger los equipos del salitre.  

También dijo que había tres tinacos de agua, necesarios por la inestabilidad del suministro en la zona. 

A pesar de remodelaciones estéticas en los años 2000 y 2015, nunca se reforzó la estructura. Los trabajos se limitaron a mobiliario y decoración. «No se hicieron cambios de peso importantes», afirmó. 

«No he tenido vida desde que esto ocurrió. Lo que más quiero es saber qué pasó», dijo con la voz quebrada.  

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