Estados republicanos desafían la supervisión electoral federal en medio de la controversia electoral
En medio de las tensiones por las elecciones generales de 2024, los estados de Florida, Misuri y Texas han presentado demandas contra la entrada de observadores federales enviados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Estos estados, gobernados por líderes republicanos, intentan bloquear la supervisión electoral federal, rompiendo con una tradición de décadas en el país.
Los fiscales generales de Florida y Misuri vieron cómo sus demandas fueron desestimadas por los tribunales, mientras que en Texas, el fiscal general republicano Ken Paxton logró un acuerdo con el Departamento de Justicia que prohíbe a los observadores federales ingresar a los centros de votación el 5 de noviembre. Según Paxton, «Solo Texas maneja las elecciones en Texas» y recalcó que los observadores federales deberán mantenerse a una distancia de 30 metros de los centros de votación y de conteo.
El Departamento de Justicia, por su parte, desplegó decenas de funcionarios en 86 jurisdicciones en 27 estados, con el fin de garantizar que se respeten los derechos de los votantes. En el condado de Bexar, Texas, el sheriff Javier Salazar calificó al Departamento de Justicia como un «buen aliado» para asegurar la integridad de las elecciones y la seguridad durante el proceso.
Este año, los comicios han estado marcados por crecientes teorías de conspiración sobre la integridad electoral, impulsadas en gran parte por el expresidente Donald Trump, quien ha generado alarmas sobre la supuesta participación de migrantes indocumentados en las elecciones. Estas acusaciones infundadas han llevado a varias autoridades, especialmente en Texas, a realizar purgas en los registros electorales, afectando a algunos votantes ciudadanos.
Además, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha emitido alertas internas sobre el aumento de amenazas de violencia electoral, fomentadas por los extremismos relacionados con las teorías de conspiración.
En este contexto, Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris compiten por la presidencia de Estados Unidos en una contienda electoral que promete definir el rumbo del país en los próximos cuatro años.