La escasez de parqueos en el DN un dolor de cabeza para la población
La escasez de parqueos en el Distrito Nacional continúa siendo un problema crítico que afecta tanto a quienes trabajan como a quienes visitan distintos puntos de la ciudad. Esta situación es especialmente grave en una zona que concentra el 20.95% del parque vehicular del país, con más de un millón de vehículos, según datos de la DGII al cierre del último año.
Ante la falta de espacios formales, han proliferado los “parqueadores” informales, quienes ofreecen guiar a los conductores hacia espacios disponibles a cambio de dinero, y en ocasiones también lavan los vehículos. A esto se suma que algunos establecimientos privados han comenzado a rentar sus parqueos por hora, aunque su capacidad sigue siendo insuficiente frente a la demanda.
Sectores como Los Prados, Gazcue, la Zona Colonial y el Centro de los Héroes ejemplifican bien este problema, con automóviles estacionados en calles y aceras, obstruyendo el tránsito y violando la Ley 63-17 sobre Tránsito y Seguridad Vial. La respuesta de las autoridades ha sido percibida como indiferente o ineficaz, frente a un problema que se agrava con el tiempo.
A lo largo de los años, se han hecho numerosos anuncios y promesas de soluciones, la mayoría de ellas incumplidas o estancadas. Un ejemplo claro es el proyecto “Parquéate RD”, anunciado en 2021 con la promesa de construir 20 parqueos con más de 8,000 plazas. Sin embargo, hasta la fecha solo se ha completado uno: “Atarazanas”. Este retraso se atribuye, en parte, a fallas en el diseño del fideicomiso que lo financia, el cual no cuenta con ingresos recurrentes como sí ocurre con otros modelos como “RD-Vial”.
Mientras tanto, se aplican multas por mal estacionamiento en una ciudad donde estacionar correctamente es casi imposible. Esto, sumado al desorden general del tránsito, la falta de control efectivo, y el incumplimiento de las normas por parte de muchos conductores, genera un entorno caótico, estresante y sin soluciones visibles a corto plazo. A pesar de promesas de nuevas medidas, el panorama no ha cambiado, y la ciudadanía se debate entre la resignación y la espera de acciones concretas.